La Sonata a la Luz de la Luna
La sonata llama a la luna sosegada
y viste el cuarto de plata y alborada
Las teclas suspiran en ronda silente
y el tiempo se quiebra en un suspiro ardiente
Cada nota es un paso sobre el mar dormido
una ola que guarda un secreto contenido
En la sombra la memoria hace un nudo
y el recuerdo se dobla en un abrazo mudo
Bajo el arco lunar mi alma se reclina
y entiende que el canto siempre camina
Cierra los ojos: la pieza es un puente
entre lo vivo y el sueño, claro y ardiente